La familia Bernachon, profundamente enraizada en la tradición culinaria de Lyon, representa la última dinastía chocolatera.
Efectivamente, cuando tenía 14 años Maurice (papá) Bernachon trabajaba como aprendiz de pastelero bajo la dirección de monsieur Debeauge en una época en la que todavía el chocolate (y sobre todo, el buen chocolate) era un producto solo para personas adineradas.
Al retirarse monsieur Debeauge, dejó al frente de la confitería a Maurice, el cual no solo siguió los consejos de su maestro sino que podriamos decir que superó a su maestro.
Maurice, siguió al frente de la chocolatería con la ayuda de su hijo Jean Jacques
Hoy en dia, son los nietos de Maurice, Stéphanie, Philippe y Candice Bernachon los que siguen al frente.
En la actualidad sería muy complicado emprender una empresa como la de los Bernachón en el que el chocolate se elabora desde el principio, con el tostado de las habas del cacao en el mismo atelier, es mas, los Bernachon viajan buscando las mejores plantaciones y las mejores variedades fijandose sobre todo en el que estén en el suelo perfecto, en el suelo en el que la planta del cacao puede dar el mejor grano.
Chocolates
Bernachon se ha especializado en el praliné, el cual lo subliman en un estallido de finos sabores.
Como el Aveline
(fuente: C. Coady y web corporativa de Bernachon)